Shiraz posee una historia de riquísima identidad literaria, cultural e histórica. La que fue capital de Persia en el siglo XVIII, también hizo su aporte como “capital literaria” durante los siglos XIII y XIV, por dar a luz a dos de los principales poetas de esa lengua: Hafez y Saadi.

No solo los poetas hicieron famosa a Shiraz; también fue conocida como la “ciudad del vino”. Hay diferentes versiones del origen del nombre Syrah (la cepa que produce uno de los vinos tintos más famosos del mundo), y una de ellas es que surgió en esta zona y luego fue llevada a Francia. También dice la leyenda que el vino Shiraz era el preferido de Alejandro Magno.

Y volviendo a los poetas, Hafez, místico sufí en cuyos poemas se celebran los placeres del vino, la caza y el amor en la corte de Shiraz, inspiró desde siglos atrás a los persas y más tarde a los iraníes, hasta el día de hoy. Su tumba y mausoleo son de los monumentos más visitados, ubicados en los jardines de Musalla. En otro de los bellos jardines de Shiraz, con una mística muy especial, se encuentra la tumba de Saadi, el poeta reconocido no solo por la belleza de su obra sino por su compromiso social con la gente del lugar golpeada por la invasión mongola. Visitar los jardines, en una atmósfera tan especial y de paz es uno de los paseos preferidos de los locales, por lo que es un lugar muy concurrido. Y hablando de jardines, justamente estos son un clásico en Shiraz, cuidados, venerados y característicos lugares de encuentro y disfrute de la naturaleza, al punto que además de “ciudad de los poetas”, Shiraz también es conocida como la “ciudad de los jardines”. Uno de los más destacados es el de Narengestán (por su cantidad de naranjos), catalogado como uno de los más bellos de todo Irán. Otro de los lugares a visitar, imperdible, es la Mezquita Nasir ol Molk, conocida popularmente como la mezquita rosa. Es un templo de una enorme belleza en su decoración de azulejos de ese color; un lugar que va en consonancia con la poesía que brota por los poros de esta ciudad.

En el centro histórico se encuentra la Fortaleza de Karim Khan, emblema de la época de esplendor de Shiraz, cuando el fundador de la dinastía Zand la convirtió en capital del imperio, y como tal de grandes obras arquitectónicas construidas en el siglo XVIII. Imperdible, de la misma época, son la mezquita y el Bazar Vakil, este último como lugar ideal para mezclarse en el ambiente local. En este, uno de los Bazares más bonitos de Irán, se puede encontrar de todo lo que se le pueda ocurrir a uno, recorriendo sus callecitas y cientos de locales. Recomendación es conocer el hamman (baño de vapor más conocido como baño turco, o árabe) del mismo nombre, hoy convertido en museo de cera, donde se recrea el funcionamiento de este sistema tan usado en Medio Oriente. Otro de los lugares que se visitarán en el recorrido de Shiraz es la tumba de Ali Ebne Hamze, más conocida como “la tumba del emir Alí”, construida en el siglo XIX y de un impresionante trabajo interior, con su cúpula en forma de cebolla.