Perú es famoso en el mundo por su gastronomía y por la fastuosa Machu Picchu entre otras enormes maravillas, pero si hay algo con lo que se asocia la capital, es con uno de los escritores más famosos del mundo: Mario Vargas Llosa. Legiones de lectores de todas las edades y procedencias llegan a Lima a seguir los pasos de sus peculiares personajes y aventuras limeñas.

Lima y Vargas Llosa no pueden separarse jamás. Lima es ‘Pichulita’ Cuéllar, Lucrecia y don Rigoberto, Alberto, Julia… La lista es grande y el cariño también. Si bien el autor nació en Arequipa, su lugar de residencia fue la capital peruana, y de ahí se desprenden y transitan varias de sus obras más famosas. Con gran agudeza, picardía y humor, una de las características de la literatura de Vargas Llosa fue (y es) desarrollar historias ficticias (y algunas no tanto) en escenarios reales de la Lima urbana de varias décadas, mientras estudió, creció, y hasta incluso después de haber emigrado.

Luego de que se le otorgara el Premio Nobel de Literatura en 2010, se puso en marcha la «Ruta literaria Mario Vargas Llosa». El organismo de promoción de Perú propuso una serie de puntos clave para recorrer y recordar a Los jefes, Los Cachorros, Conversación en la Catedral y La Ciudad y los perros. Sin embargo, sobre todo en Miraflores, Barranco y en el Centro Histórico, se desarrollaron historias de varias otras obras y personajes del autor; incluso zonas que se mencionaban y ahora cambiaron completamente, como la intersección de las calles Tacna y Colmena, donde ahora el paisaje es completamente diferente.

En el Centro Histórico se propone una recorrida por bares, clásicos nombrados en las obras, como el Cordano, el mítico bar Queirolo de Conversación en la Catedral, el bar del Hotel Maury, y el Bar Inglés del Hotel Bolívar, frente a la Plaza San Martín. En el distrito de Barranco (lugar donde además vivió Vargas Llosa hasta que emigró a Europa), hoy famoso por su bohemia, su hermosa costa, sus callecitas empedradas y el Puente de los Suspiros, también se proponen diferentes puntos, como el bar Juanito, el malecón Souza y la Bajada de los Baños. Y en Miraflores, donde transcurrió parte de la infancia y la adolescencia del autor, son muchas las referencias, como el lugar donde se encontraba el colegio Champagnat; en el pasaje del mismo nombre, unos paneles llaman la atención a los turistas, con la biografía del autor y de ahí se toman las avenidas Pardo y Diagonal, por donde paseaba Alberto en La Ciudad y los Perros. Todo el recorrido es una delicia limeña imperdible, y de paso una manera distinta de conocer la ciudad.

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