En Agosto, nuestra salida grupal es muy especial, no solo por los lugares que visitaremos, sino por la manera en la que lo haremos: en barco. Pero además, uno muy especial, un concepto ‘boutique’ de recorrido fluvial. El Amaserena es un crucero de dimensiones infinitamente más pequeñas de las que acostumbramos a ver en rutas como el Caribe, que son prácticamente ciudades flotantes. Este tipo de embarcación brindará al grupo grandes satisfacciones, por poseer un servicio personalizado, excelente gastronomía y un gran cuidado en el diseño, sofisticado y discreto, que permite relajarse en una atmósfera tranquila y gentil. Pero además posee una característica muy difícil de encontrar hoy en día: posee mayor cantidad de tripulantes por pasajero que los grandes cruceros convencionales, y ese factor se apreciará en el servicio durante la porcion del viaje que comprende el crucero.
Una de las principales razones que nos planteamos al momento de proponer esta salida grupal es que solo de esta manera nuestros pasajeros tendrán la oportunidad de conocer estos destinos que – cada uno por separado y en su conjunto – forman un viaje exquisito. Por un lado conocer todas las ciudades Imperiales (nada menos que Budapest, Bratislava, Viena, Praga y Berlín), pero desde una óptica diferente, ya que lo haremos a través del Danubio. Lo exclusivo e inolvidable lo constituyen los pequeños pueblos que forman parte importante de este recorrido, ya que si lo realizáramos totalmente por tierra es muy probable que nunca llegáramos a conocer Weissenkirchen, Dürnstein, Melk, Grein, Linz, Salzburgo, Passau o Vilshoffen.
Queremos que su experiencia sea lo más grata posible, y realizar este recorrido en barco evita hacer y deshacer maletas en cada ciudad, factor que nos parece clave en el éxito total del viaje. Y por supuesto que cuando nos referimos a la maleta también hablamos de evitar aeropuertos, terminales, controles de seguridad, traslados en horarios inconvenientes, y todo lo que podemos llamar “la parte molesta” del viaje.
Otro de los motivos por el que este formato nos encanta es porque resulta muy productivo a nivel social: en el crucero uno puede manejar sus momentos de tranquilidad y aislamiento en su habitación, pero a la vez se puede elegir socializar con personas de todo el mundo en las áreas comunes ( lounges, piscina – solarium, restaurantes )
Estos cruceros están preparados para que las personas no tengan que preocuparse por casi ningún detalle del viaje, o como mucho decidir a qué hora desean cenar, o cuáles son los puertos donde bajarán y en los que preferirán quedarse a bordo. Al igual que en los hoteles All Inclusive uno se puede olvidar de la billetera y despreocuparse por la compra de divisa; aquí ya está todo resuelto de antemano, y lo que no – que se puede decidir sobre la marcha – se carga a la cuenta o se abona en el momento y uno lo tiene controlado; el sistema está diseñado para evitar toda preocupación.
Tips para mejorar la experiencia.
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Racionalizar el equipaje. Es importante tener en cuenta que los camarotes de los cruceros son, en general, más pequeños que una habitación de hotel (aunque en el Amaserena van desde los 16 a los 32 m2), y si se comparte con otra persona más aún. Una valija mediana es lo ideal para este tipo de estadía.
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Tener claro lo que no está incluido en el crucero. De esa manera se puede realizar una estimación previa de los costos adicionales al paquete que uno adquirió.
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Preste atención a los procedimientos de seguridad, de embarque y desembarque, sobre todo si se es primerizo; es una inversión tener claro todo lo que se debe hacer bien arriba de un barco.
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Y…¡Disfrute a lo grande de la experiencia!