Desde la megalópolis de Estambul, pasando por la belleza geológica y el cielo de Capadocia, a la increíble y poderosa historia de Éfeso, lo cierto es que Turquía no deja de sorprender a cada paso.

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En el mar Egeo, esta ciudad fundada en el siglo XIII a.C. fue de enorme relevancia y deseada por diferentes pueblos. Esta zona tuvo un gran significado a nivel religioso, cultural y comercial. Hoy, afortunadamente, el trabajo de arqueólogos y conservadores ha hecho de Éfeso una de las zonas arqueológicas mejor conservadas del mundo. Fue a través de estos trabajos que se hallaron lugares de máximo interés patrimonial como la biblioteca de Celso, el templo de Artemisa, o el de Adriano.

Visitar Éfeso es encontrar una parte muy importante de la historia de la humanidad. Una de las atracciones principales de esta ciudad es la Biblioteca de Celso, que en su momento fue construida para contener miles y miles de pergaminos, así como para albergar los restos de Tiberio. Se construyó entre los años 117 y 120 d.C. Invasiones y terremotos afectaron de forma muy violenta a la Biblioteca, sin embargo se realizó un gran trabajo de reconstrucción y restauración, al punto que hoy se puede visitar la fachada, como muestra de la arquitectura romana de esos tiempos.

Otro de los atractivos imperdibles de Éfeso es el Templo de Adriano, considerado uno de los mejor conservados. En su interior hay una estatua de Medusa y varias representaciones mitológicas. Los frisos originales se encuentran en el Museo de Éfeso, otro de los lugares recomendados a visitar, que alberga piezas arqueológicas de gran valor. Si por algo se conoce Éfeso es por ser el lugar donde se encuentra la casa de la Virgen María, en el Monte Paynir; en ella vivió sus últimos días y se considera lugar de culto y peregrinación. Dice la historia que el Apóstol Juan llevó a la Vírgen María a ese lugar luego de la crucifixión de Cristo, huyendo de Jerusalén. El templo de Artemisa es una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo. En él se veneraba a la “Señora de Éfeso”. Fue el mayor templo de la antigüedad, con 120 columnas, de las que sobrevivió tan sola una.

Otro de los imperdibles de Éfeso es el Teatro, en el que se realizaban espectáculos circenses y tenía una gran capacidad, para unos 25 mil espectadores. El ágora, lugar de emblemática importancia en toda ciudad de la antigüedad, es un lugar a visitar, así como la basílica romana del siglo I. Las termas romanas, las letrinas públicas, el estadio, son todos monumentos arqueológicos fundamentales para entender la vida de los habitantes de estas tierras durante los diferentes períodos. No tan famoso como el de Adriano, pero sí uno de los lugares a conocer es el templo de Domiciano, realizado en honor al emperador del siglo I. La fuente de Trajano, las puertas de Magnesia y de Heracles, y hasta el burdel son vestigios de la vida cotidiana de Éfeso, así como las casas-terraza, un clásico en el que se pueden ver los lugares donde vivían las personas poderosas. En los alrededores se pueden encontrar otros lugares interesantes de visitar, como la Basílica de San Juan de Éfeso, del siglo VI, en el que se dice que San Juan escribió su evangelio. También se encuentra la mezquita de Isa Bey, construcción del siglo XIV.