Casablanca, la ciudad marroquí que se hizo famosa en occidente por la película que llevó su nombre, hoy invita a visitarla más que ‘de paso’, como se solía hacer. Esta ciudad costera da para mucho, y no obstante es una de las urbes con mayor movimiento y desarrollo de Marruecos, en la que disfrutar de la historia y la cultura marroquí, pero además de lo nuevo, lo moderno y multicultural.
En Casablanca todas las miradas se las lleva la mezquita de Hassán II, con su minarete de 210 metros con láser. Fue construido en una playa, y a lo lejos se ve la silueta como si estuviera emergiendo de las aguas. Se puede conocer su lujoso y espacioso interior de 76 pilares que sostienen un gigantesco techo en madera de cedro pintado, el cual se puede abrir para ver el cielo. Son miles y miles de azulejos, mármoles, maderas y lámparas de cristal que deslumbran a todos los visitantes. La sala de oraciones tiene una capacidad para 25.000 personas y la explanada para 90.000, un verdadero coloso. El rey Hassan II, quien ordenó su construcción y se finalizó en 1993, eligió esta ciudad para hacerla por su relevancia como capital económica del país. Junto al puerto, muy cerca de la mezquita se encuentra la antigua medina de Casablanca, más pequeña y no tan relevante como por ejemplo la de Fez -que hemos descripto en el post anterior-, pero sí muy interesante en varios de sus monumentos, así como para ir de compras. Se destaca la Torre del Reloj y la Plaza de la Comedia, centro de actividades con un mercado y una zona de jardines. Un rasgo en el que detenerse dentro de la vieja medina es que conviven las tres religiones: por un lado las mezquitas de Ould el Hamra, la de Dar El Makhzen y la de Jamma Soukn; por el otro la iglesia española de San Buenaventura, y por otro la sinagoga Ettedgi, formando un paisaje multi religioso y cultural bien variado. En la antigua medina se encuentra un lugar emblemático, o por lo menos para la imaginación de muchos, que es el Rick’s Café, el que regenteaba Humphrey Bogart en la película Casablanca. Aunque -nobleza obliga- debemos aclarar que nunca se grabó ni una escena de la película en la ciudad, sino en los estudios de Hollywood, algún visionario comerciante reprodujo a imagen y semejanza el famoso lugar para los fans de la película.
Lo nuevo
La Plaza de las Naciones es el centro neurálgico de la ciudad, zona de peatonales, ideal para caminarla, curiosear, ver el movimiento y descansar, tomar algo en alguno de sus bares, disfrutar de una buena comida, un café o un té de menta. Otro de los lugares donde pasar un rato ameno es la Corniche de Aïn-Diab, la zona playera y de movimiento de Casablanca; un paseo marítimo repleto de hoteles, cafeterías, restaurantes, discotecas etc. Es el lugar de diversión de los locales, y donde ver unas hermosas puestas de sol. Otro de los barrios ‘cool’ es el Maarif-Gauthier, el lugar más ‘trendy’ de Casablanca, donde se encuentran las tiendas de moda, incluso las boutiques de diseñadores internacionales. Es otra opción más tranquila donde cenar en un buen restaurante o tomar una copa. Pero el lugar más popular para las compras es el Morocco Mall, un centro comercial gigante con un acuario de un millón de litros de agua con 40 especies de peces en su interior; es, según indican sus promotores, el mayor emprendimiento de este tipo en África. La Villa de las Artes es otra de las zonas interesantes a conocer de Casablanca, donde descubrir el arte contemporáneo marroquí, un lugar donde salirse de lo tradicional y ver otra cara de la cultura.